La escasez de chips está golpeando de lleno a la industria del automóvil en Alemania. La crisis del covid-19 ha demostrado la importancia que tiene la industria, la independencia para poder fabricar bienes esenciales para el desarrollo de nuestras vidas. La globalización reduce costes y es positiva para el crecimiento de la economía en términos agregados, pero si las cadenas de suministro globales se atascan todo lo demás carece de sentido. La escasez de material médico y ahora de chips parece estar abriendo los ojos de la Unión Europea, que está dando los primeros pasos para intentar recuperar parte de la industria perdida.

La misión no es fácil. Para hacer chips de última generación (cuanto más pequeños y eficientes mejor) se necesita mucha tecnología, experiencia y un capital humano con las habilidades necesarias.

Fuente: www.eleconomista.es

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